Fauna de las Bardenas Reales: El latido oculto entre la arcilla y el viento
A primera vista, el paisaje de las Bardenas puede parecer un escenario estático, pero basta con pasear a bordo del Segway y guardar silencio para descubrir que estamos en uno de los puntos con mayor biodiversidad de Europa. La fauna de las Bardenas Reales es un catálogo de supervivientes que han convertido la aridez en su mayor fortaleza.
En NATAVEN, nuestras rutas son una incursión respetuosa en el hogar de especies que no verás en ningún otro lugar.
Los señores del aire: De las grandes rapaces a los pequeños halcones
Si elevas la vista hacia los cabezos y las planas, verás a los verdaderos dueños del cielo. El relieve escarpado de las Bardenas ofrece el refugio perfecto para las aves rapaces. Aquí, el buitre leonado es el rey indiscutible, aprovechando las corrientes térmicas para patrullar el desierto en busca de carroña. Pero el cielo bardenero es mucho más complejo.
En las zonas de cultivo y campos abiertos, es un espectáculo ver el vuelo acrobático y bajo del aguilucho cenizo y el aguilucho pálido, mientras que el aguilucho lagunero occidental domina las zonas más próximas a las balsas.
Alimoches, Águilas Reales y Halcones peregrinos, fauna de las bardenas reales.
En los meses de primavera, las Bardenas reciben al alimoche, una pequeña rapaz migratoria que cruza el Sáhara para criar en estos cortados. También es posible avistar al águila real y al halcón peregrino, auténticos proyectiles que aprovechan la verticalidad de los barrancos para cazar. La fauna de las Bardenas Reales depende directamente de la conservación de estos muros de piedra donde nidifican, y por eso en NATAVEN respetamos escrupulosamente las zonas de exclusión durante la época de cría.
Búhos y cernícalos fauna de las bardenas reales.
Al acercarnos a los núcleos antiguos o acantilados, los cernícalos primilla y común nos deleitan con su capacidad de quedar suspendidos en el aire («cernerse») antes de lanzarse a por su presa.
Cuando el sol empieza a caer, el testigo pasa a los señores de la noche. El búho real anida en los cortados más profundos, lanzando su eco sobre el desierto, mientras el pequeño mochuelo observa atento desde cualquier ruina o majada.
El tesoro de la estepa: Los fantasmas del desierto, fauna de las Bardenas Reales
Si las rapaces son las dueñas del cielo, las aves esteparias son las guardianas del suelo. La fauna de las Bardenas Reales cuenta con la majestuosa avutarda, el ave voladora más pesada del mundo, que requiere de grandes extensiones de tranquilidad. A su lado, el sisón común y el alcaraván (con sus enormes ojos amarillos) se mimetizan de forma asombrosa con el terreno.
En los matorrales de salicornias y sisallos, la vida es un constante ajetreo de pequeñas joyas: la cogujada, las inquietas collalbas (gris y rubia) y la discreta curruca tomillera. Estas aves son la razón de que el silencio sea nuestra mejor herramienta de exploración; en NATAVEN sabemos que su supervivencia depende de que pasemos por su territorio sin ser notados.
Las gangas tesoros de la estepa
Hablamos también de la Ganga Ibérica y la Ganga Ortega, aves de plumaje mimético que desaparecen a la vista entre las matas de salicornias. O de la misteriosa Alondra de Dupont, cuyo canto es a veces la única prueba de su presencia. Estas aves son extremadamente sensibles; el más mínimo ruido o la presencia de vehículos fuera de los caminos puede arruinar su nidificación. Por eso, el Segway es el aliado perfecto: silencioso y respetuoso, nos permite ser testigos de su existencia sin convertirnos en una amenaza.
Mamíferos: La pirámide que sostiene el desierto
Si hay un protagonista silencioso en la fauna de las Bardenas Reales, ese es el conejo. Es la pieza clave, la base de la alimentación que sostiene tanto a las grandes águilas como a los zorros y gatos monteses. Sin su presencia, el ecosistema colapsaría. Observar sus madrigueras y sus rastros en la arcilla nos enseña a leer el terreno como un libro abierto.
Aunque son más difíciles de ver durante el día, los mamíferos dejan su firma en el barro de los barrancos. La fauna de las Bardenas Reales cuenta con depredadores astutos como el zorro y el gato montés, que aprovechan el laberinto de cárcavas para acechar a conejos y pequeños roedores.
En las zonas más húmedas, como las proximidades a las pequeñas balsas ganaderas, podemos encontrar rastros de tejones e incluso de jabalíes que cruzan el desierto al anochecer. Es un recordatorio de que, bajo la luz de la luna, las Bardenas se transforman en un hervidero de actividad.
Y mientras el conejo domina el suelo, los murciélagos dominan el cielo nocturno. Varias especies de quirópteros aprovechan las cuevas y grietas de los cabezos para refugiarse de día, saliendo al ocaso para realizar un control de insectos vital para el equilibrio del parque.
El milagro del agua: Anfibios y aves acuáticas
Parece contradictorio hablar de fauna acuática en un desierto, pero las balsas y los barrancos tras las tormentas albergan una vida fascinante. El sapo corredor y el tritón jaspeado son maestros de la supervivencia, esperando enterrados hasta que la lluvia activa su ciclo vital. Además, en enclaves como El Ferial, es común ver garzas reales y diversos tipos de ánades que utilizan estas masas de agua como puntos de descanso en sus rutas migratorias.
NATAVEN: Observación desde el respeto de la fauna de las Bardenas Reales
La fauna de las Bardenas Reales no es un espectáculo de zoológico; es un sistema frágil que requiere nuestra protección. En NATAVEN, cada ruta es una lección de civismo ambiental. Explicamos a nuestros clientes por qué no podemos acercarnos a ciertos riscos o por qué el silencio es nuestra mejor herramienta de exploración.
Circular con nuestros Segways por los itinerarios autorizados garantiza que el impacto sobre el suelo y el estrés acústico sobre los animales sean mínimos. Creemos firmemente que el turismo del siglo XXI debe ser un motor de conservación, no una causa de degradación.
Cada vez que nos detenemos a observar el vuelo de un aguilucho o el rastro de un zorro, lo hacemos con la conciencia de que somos invitados en una casa milenaria.
Conclusión: Un desierto lleno de vida
Descubrir la fauna de las Bardenas Reales es una experiencia que cambia la forma de ver el mundo. Es entender que la vida se abre camino incluso en las condiciones más extremas y que nuestra responsabilidad es asegurar que así siga siendo.
¿Te vienes a escuchar el silencio y a buscar el vuelo del alimoche con nosotros? El desierto te está esperando para revelarte sus secretos mejor guardados.










