Nos llovió un poco al final de la excursión del otro día en Bardenas Reales, pero casi mereció la pena. Luego pudimos disfrutar de un paisaje donde se veían los cabezos de Piskerra y el Rallón iluminados por el sol, mientras hacia el Rincón del Bu seguía lloviendo intensamente y el resto de bardenas se veían cubierto. Encima del Belcho salía un arco iris que cubría toda la bardena y en un arco perfecto llegaba hasta el Vedado de Eguarás. Que cielo!, vaya nubes!
En esta foto de no muy buena calidad, os podéis hacer una idea.