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Moncayo

04/24/2024

Parque Natural del Moncayo

En el Parque Natural del Moncayo, se encuentra la máxima altura de la cordillera Ibérica (Moncayo, 2.373 m.). Presenta escalonada una gradación bioclimática muy diversa.

La gran mole del Moncayo es mojón de dos reinos: Castilla, Soria a su espalda y Aragón a sus pies. Blanco y dormido en invierno, vivo y verde en primavera, y acogedor y sugerente en otoño y verano. Es techo, con 2.316 metros, de la cordillera Ibérica. No hay una corte de picos en el entorno que arropen su presencia o suavicen su omnipotencia. Sus cumbres alomadas son prodigio de la Naturaleza. Emerge como una isla desde los 1.000 metros del piedemonte.

La considerable altura del Moncayo y su localización, relativamente próxima en línea recta al Cantábrico, permiten que tenga un clima bastante lluvioso. Frecuentes nieblas, fuertes vientos y ventiscas, especialmente en la zona de cumbres, completan el panorama. En general, la precipitación aumenta a medida que ascendemos en altura. En conjunto es más lluviosa la vertiente orientada al NE (la zaragozana) que la expuesta al SO (soriana). Estas características climáticas, unidas a la fuerte diferencia altitudinal, provocan temperaturas mucho más frías con la altura. Esto explica uno de los valores naturales más importantes del Moncayo: su gran variedad vegetal.

El parque natural del Moncayo, ocupa el macizo del Moncayo. El entorno completa el territorio incluyendo los ríos Queiles y Huecha en la vertiente norte y el Isuela en la cara sur. La variedad de paisajes que se alternan hacia el Ebro constituyen una de sus principales características. Su belleza radica en la diversidad entre la cima y la parte más baja. Así pues se alternan diferentes tipos de bosques, praderas alpinas o tierras cultivadas y explotadas por el hombre.

La protección legal del Moncayo

La dehesa del Moncayo es un espacio natural protegido. Fue primero Sitio Natural de Interés Nacional y por Real Decreto de 1978 se protege con la categoría de Parque Natural más de 1.388 hectáreas. Tras la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Moncayo en 1998, la superficie protegida del Parque aumenta hasta las 9848 hectáreas. Debido a sus atractivos naturales el Moncayo recibe unos 300.000 visitantes al año.

FLORA Y FAUNA del Moncayo

Según se va ascendiendo desde la base hasta la cima, se suceden los diferentes tipos de bosque. Los encontramos distribuidos en franjas climáticas muy bien definidas. Entre otros se observan zonas de matorral y monte bajo con coscojas, espliego, tomillo, carrascas, endrinos, jaras, brezos. Más arriba el roble, pino silvestre y algún pino rodeno, abedules, hayas, acebos, arándanos, enebros, sabinas, pinos negros, etc.

La fauna también sorprende. Entre las aves los mirlos, picapinos, petirrojos, alcaudones, águilas calzadas, azores, piquituertos, treparriscos, alondras, chovas piquigualdas, águilas reales y perdiceras.

Los mamíferos están bien representados. Habitado por zorros, jabalíes, gato montés, tejones, corzos o ginetas. La lista es muchos más amplia entre los animales que habitan en el Moncayo.

PUEBLOS Y ACCESOS AL MONCAYO

Desde Litago, San Martín, Vera, Tarazona, Añón, existen pistas asfaltadas para acceder a esta mágica montaña Aragonesa. La población en la Comarca del Moncayo está repartida en una docena de pueblos llenos de encanto en medio de la naturaleza:

  • Balcón de El Buste
  • Valluenga en Trasmoz
  • Peñas de Herrera en Talamantes
  • Litago y su espectacular mirador del macizo
  • Torrellas, Los Fayos, San Martín, Añón, Santa Cruz…

LAS CUATRO ESTACIONES EN EL PARQUE NATURAL DEL MONCAYO

Visitar el Parque Natural del Moncayo es asistir a la sucesión de paisajes, con una primavera salpicada de flores. El verano cuya frondosidad en los bosques nos desborda. O estremecerse con los colores del hayedo o el robledal en el otoño, mientras recogemos los variados hongos que estos bosques nos proporcionan. El invierno se cubre de nieve en su cima. El frío sus bosques de hayas sin sus hojas estivales dan esa sensación fantasmagórica. Sobre todo cuando la niebla se hace presente y los rodea.

Más información sobre el Moncayo

La Sierra del Moncayo se extiende sobre los relieves culminantes de la Cordillera Ibérica en la provincia de Zaragoza. Se encuentran alineados en dirección NW-SE y flanqueando por el sur el Valle del Ebro. La máxima altitud corresponde a los vértices de Moncayo y Lobera. Se configuran en altitud decreciente hacia el Sur. Serían: La Muela de Horcajuelo y del Morrón, las Peñas de Herrera, La Tonda y las Muelas de Valdeascones y Beratón. En conjunto suponen un poderoso escarpe natural que se asoma a los llanos de Tudela y la Ribera del Ebro. Sirve de frontera natural entre Castilla y Aragón.

La geomorfología del macizo muestra la pasada impronta glaciar, en forma de tres circos. Situados en su vertiente nordeste (San Miguel, San Gaudioso y Morca) excavados por los hielos cuaternarios, y las correspondientes morrenas. La acción periglaciar actual se manifiesta sobre un sustrato geológico de gran antigüedad. En el que alternan y coexisten cuarcitas y areniscas paleozoicas de carácter silíceo, con las masivas calizas mesozoicas.

DIVISORIA HIDROLÓGICA DEL MONCAYO

El macizo del Moncayo es además una divisoria hidrológica de primer orden, avenando aguas a las dos principales cuencas peninsulares (Ebro y Duero). La importante innivación de su zona alta genera elevadas aportaciones hídricas, tanto superficiales, como subterráneas. Las primeras que conforman las cabeceras de los tres ríos (Queiles, Huecha e Isuela). Las segundas que afloran en fuentes y manantiales localizados en las laderas de las zonas medias y bajas del macizo. Se convierten así en recurso vital que suministran abastecimiento para pueblos y cosechas.

Los recursos ecológicos y bióticos del Moncayo están relacionados también con el desnivel topográfico. La prominencia altitudinal y el intenso gradiente topoclimático resultante, implica condicionantes. Así pues provoca la aparición, en ordenada secuencia, de bosques climácicos, de carácter mediterráneo en la base y de transición al bosque boreal. Éste último propio de la región eurosiberiana en las zonas altas expuestas a los frentes húmedos del Atlántico.

Las biocenosis del Moncayo incluyen un elevado número de taxones, especialmente de flora, endémicos y/o singulares, relacionados con el carácter citado de encrucijada biogeográfica. Los importantes recursos faunísticos están asociados igualmente al nivel de conservación de la cubierta vegetal y al relieve.

Los paisajes del Moncayo

El paisaje es finalmente un recurso de especial relevancia. El Moncayo se configura como un destacado centro emisor y receptor de vistas, especialmente en su vertiente septentrional. En la vertiente Sur del macizo, estos valores se asientan en mayor medida sobre el llamativo diseño ortogonal de las muelas calizas. Hendidas por los profundos cortes de los barrancos.

Sobre este entramado del medio físico y biológico se superpone una ocupación humana tradicional. Ésta ha mantenido cierto nivel de conservación de los recursos naturales, aun modificándolos, mediante la diversificación. Tales como los usos y actividades agrícolas y ganaderas tradicionales, forestales y extractivas. La intensificación en tiempos más recientes de determinados usos y aprovechamientos, ha iniciado procesos de alteración. Es necesario corregir el equilibrio paisajístico y ecológico que justificaron la antigua declaración del Parque Natural de la Dehesa del Moncayo.

FLORA DEL MONCAYO

En el Parque natural del Moncayo se conocen muy bien la variedad de flora existente, a partir de la elaboración del catálogo florístico. Se hizo a partir de la información existente en bibliografía y herbarios. A partir de la adquisición de nueva información mediante recorridos por el territorio del Parque Natural en distintas épocas del año. Se fueron anotando la presencia de especies vegetales y recolectando las conflictivas desde el punto de vista taxonómico para su posterior estudio y clasificación.

Los recorridos se plantearon de manera que quedara prospectado el territorio del Moncayo de manera exhaustiva. También homogénea en el espacio y en el tiempo y el catálogo se ajustara a la realidad de la riqueza natural existente. La información que se pretendía reunir era para cada especie vegetal una ficha. Vendría con el nombre latino y vernáculo, descripción del hábitat que ocupa la especie, sustrato geológico, limites altitudinales. Se incorporó el índice de abundancia en el Parque del Moncayo y a nivel de la Comunidad Autónoma de Aragón. Así mismo, los datos fenológicos (meteorológicos) referentes a las fechas de floración y fructificación.

Duración de los trabajos

Los trabajos de herborización duraron tres años. Se catalogaron 1.207 especies de flora vascular, con la presencia de muchos taxones raros en la región. Éstos encuentran en la zona su límite de distribución natural, y numerosos endemismos del sistema Ibérico. También se demostró que para conocer la naturaleza es necesario analizarla a fondo. ¿Quién podía pensar que durante un siglo había pasado desapercibido nada más y nada menos que Quercus robur o Tilia platyphyllos?  La ejecución del catálogo empezó a poner en claro el inmenso valor geobotánico en la sierra del Moncayo. Y por ende, la conveniencia de este tipo de estudios. De hecho, la ampliación del parque Natural en 2007 ha supuesto la ampliación del catálogo florístico con una docena más de especies.

FLORA RARA DEL MONCAYO

La flora rara del parque natural del Moncayo está compuesta por una selección de 218 taxones. Suponen el 18% de la flora vascular del ámbito del mismo.

La flora rara está principalmente representada por elementos atlánticos, boreo-alpinos (Phleum alpim,m), circumboreales (Viola palris, Dvssera rotundifolia) y plurirregionales (Sanícula europaea, Rochelia disperma). Es de destacar la presencia de taxones que han quedado acantonados en la sierra del Moncayo. Están especialmente aislados de su área general de distribución o se encuentran en su límite de distribución.

La flora rara está principalmente asociada a fisuras y repisas de cantiles rocosos y herbaza­les, así como a zonas húmedas.

FAUNA DEL MONCAYO

La enorme variedad de ambientes naturales del Moncayo se traduce también en una notable riqueza de fauna. Los ecosistemas del Moncayo se constituyen en hábitats de diferentes especies de animales. Así, en los carrascales abundan las tórtolas, palomas torcaces, diversas especies de córvidos, erizos, culebra bastarda y el abundante jabalí. El robledal es especialmente rico en insectívoras, como los mitos y mosquiteros. También son frecuentes los arrendajos, mirlos y pinzones y entre los mamíferos la garduña, el tejón y el gato montés. En el hayedo viven rapaces como el halcón abejero o el cárabo, además de herrerillos, trepadores y zorzales. Por su parte, en los pinares viven azores y gavilanes, chotacabras, ratoneros, picos picapinos, piquituertos y en los niveles más altos los llamativos verderones serranos.

MARIPOSAS DEL MONCAYO

No podemos olvidar tampoco, una riqueza quizá menos conocida, pero digna de ser tenida en cuenta: las mariposas. En la Sierra del Moncayo se localizan 127 especies de lepidópteros. Lo que significa una presencia muy notable si tenemos en cuenta que en Aragón son 199 y en toda España 228. En este caso también la variedad de ambientes bioclimáticos del Macizo facilita esta variedad.

HISTORIA DE LA OCUPACIÓN HUMANA DEL MONCAYO

La ocupación humana de las tierras del Moncayo se remonta al Paleolítico. Se han descubierto restos de útiles de la edad de Piedra con una antigüedad de más de 40000 años.

En tiempos más recientes entrando en la edad del bronce hubo asentamientos permanentes. Un ejemplo sería el Molino de Trasmoz donde un poblado permaneció durante más de dos siglos. Posteriormente este asentamiento, probablemente, fue abandonado para ocupar el poblado de la Oruña.

Ya en la edad del hierro, el Moncayo se encuentra dentro de la región que en la España prerromana es denominada la Celtiberia. Estos grupos humanos se asentaron en el Moncayo. Probablemente atraídos por la riqueza mineral como la plata o el hierro de las mimas del Moncayo. La pureza de sus manantiales que proveían de agua a sus habitantes y a sus conocidas forjas, en las que se trabajaba el hierro.

La Oruña se convierte en uno de los poblados más conocidos del entorno del Moncayo. Situado entre los términos de Vera de Moncayo y Trasmoz. Se tiene constancia de la existencia de al menos dos hornos alfareros, que demuestra la importancia que tuvo en su día.  

Arakitos fue otro asentamiento próximo al Moncayo en la localidad de Aranda del Moncayo. Este poblado celtibérico fue saqueado durante años. Se hicieron famosos en el mundo de la arqueología 20 cascos de guerra celtibéricos. Únicos por sus características fueron vendidos en el mercado ilegal de antigüedades.

Romanización

A partir de la llegada de Roma a la península ibérica, se produjo una romanización paulatina que cambió para siempre las sociedades antiguas. Desde entonces el Moncayo ha sido explotado y habitado durante siglos. Las actividades económicas se desarrollaron entorno a la explotación agrícola, maderera y sobre todo ganadera.

En la edad Media fue frontera entre los reinos de Aragón y Castilla. Moneda de cambio entre reyes y finalmente se vio influenciada durante siglos por la abadía del Monasterio de Veruela. El castillo de Trasmoz todavía nos recuerda ese pasado medieval y visitar el Monasterio de Veruela es un privilegio.

En el somontano una serie de pueblos han permanecido extrayendo los recursos de esta rica Montaña hasta nuestros días. Actualmente los pueblos han ido perdiendo población. La consecuencia del abandono de las zonas rurales por sus habitantes que han ido desplazándose a núcleos urbanos mas grandes. A cambio, el número de visitas por parte de viajeros y turistas han ido en aumento progresivo. Siempre atraídos por la belleza paisajista y la diversidad natural que atesora.

PAISAJE GEOLOGICO DEL MONCAYO

En el Parque Natural del Moncayo tenemos una formación geológica incluida en el Catálogo de Lugares de Interés Geológico de Aragón. Se trata de la parte de la cima que vierte sobre tres antiguos glaciares, se trata del fenómeno de circos y periglaciarismo del Moncayo.

Descripción:

Modelado glaciar y periglaciar asociado al macizo del Moncayo y ligado a la última fase del Pleistoceno superior. Los rasgos geomorfológicos más importantes del dominio glaciar son la presencia de tres circos. Con sus morrenas asociadas a los mismos y localizados en la vertiente nororiental del macizo. El modelado periglaciar destaca por encima de los 2000 metros y se manifiesta mediante la presencia de suelos ordenados y algún ejemplo de glaciar rocoso. Además, destaca la presencia de coladas de bloques y lóbulos de gelifluxión (J.L. Peña, L.A. Longares y M. Sánchez, 2004).
La parte aragonesa corresponde al Área de interés geológico ARA063 «Circos glaciares del Pozo de San Miguel y San Gaudioso y de Morca».
El LIG se encuentra integrado en el Parque Natural del Moncayo. Se declaró mediante el Decreto 73/1998 de la Diputación General de Aragón, que aprobaba el PORN de la Comarca del Moncayo. Con esta figura han quedado legalmente protegidas bajo la figura de Parque 9.848 Has de la Sierra.

La cima del Moncayo es la máxima altura de la cordillera Ibérica (2.314 m.). Esto sumado a su aislamiento respecto a otras cadenas montañosas, implica que se trate de un ecosistema de gran interés.

CONCLUSIÓN

El Moncayo es una sierra con una enorme variedad de condiciones climáticas y altitudinales. Esto es lo que posibilita una gran riqueza de ambientes naturales, de flora y fauna. Son razones sobradas para su protección, que fue muy temprana, pues ya en 1927 fue declarado “Sitio de interés Nacional de la Dehesa del Moncayo”. Posteriormente, en 1978 fue declarado “Parque Natural”, pero dicha protección solamente abarcaba a 1389 ha, dejando fuera amplias zonas de gran valor natural. En 1998 el Gobierno de Aragón aprobó una nueva declaración del Parque Natural que suponía una ampliación a las casi 10.000 ha actualmente incluidas. Se trata de un notable avance en la conservación de una montaña muy próxima geográfica y sentimentalmente a los habitantes de las regiones circundantes. Un lugar en el que podemos disfrutar de un verdadero tesoro natural que se expresa en mil facetas.

Bibliografía citada en el texto:

Algunos de los textos han sido extraídos de artículos y trabajos de:

-Javier del Valle Melendo Doctor en Geografía Profesor del CUD – AGM

-Enrique Arrechea Veramendi, servicio provincial de Medio ambiente de Zaragoza.